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MARRUECOS 2006




Tras mas de un año de darle vueltas, buscar información, hacer planes con unos y con otros, cambios de fechas, etc, al final he acabado yendo a Marruecos con dos buenos amigos, compañeros de aventuras pasadas y futuras, Ximo y Javi.




Ahora Ximo vive en Madrid, así que hicimos el camino hasta Almería por separado. Nos reunimos los tres en el puerto una hora antes de que saliera el ferry. Había muchas ganas por empezar la aventura, y la travesía y todo el papeleo de la frontera se nos hacen eternos. Al final llegamos al hotel de Nador a las dos y media de la noche.


El dia siguiente vamos haciendonos al país mientras recorremos los últimos kilómetros por asfalto antes de las pistas. Llegamos a Midelt y nos instalamos en el Kasbah Asmaa como unos reyes. Mientras cenábamos en un bar del pueblo se nos acerca un guía de montaña y nos dice que la pista que pensábamos tomar estaba cortada, las recientes lluvias habían provocado un desprendimiento y no se podía pasar. Naturalmente, él conoce una alternativa que nos indicaría por un módico precio. Nos hace dudar, pero decidimos pasar de él y seguir con nuestros planes, ya improvisaríamos algo si hiciera falta.




Nos levantamos pronto, los tres tenemos muchas ganas de empezar ya a dar botes por las pistas marroquís. La primera que hacemos es la que pasa por el circo de Jaffar y llega a Imilchil. Ximo llevaba un año sin pisar el campo con la moto y, por lo que habíamos oído, se trataba de una pista complicada, con la posibilidad de estar cortada según el guía... estabamos impacientes por ver como acababa todo! En realidad se trata de una pista bastante buena, que las lluvias habían estropeado un poco en alguna zona pero sin problemas. El circo y la pista que lo atraviesa son espectaculares, sobretodo la bajada con piedra suelta e inclinación lateral por los desprendimientos, aunque pasamos sin problemas. Ximo demuestra rápidamente que en un año no se le ha olvidado ir en moto y los tres rodamos a ritmos parecidos.







La pista después del circo tiene tramos muy divertidos entre bosques, con saltos, roderas y muchas curvas. Al principio resulta desconcertante que todo el mundo, especialmente los niños, intenta engañarnos diciendo que la pista está cortada y tratando de que nos metamos por caminos sin salida. Después de un tramo parcialmente asfaltado nos encontramos de nuevo en una pista que va siguiendo el río, vadeándolo contínuamente de un lado a otro. Este tramo es muy machacón y no avanzamos. Los últimos kms volvemos a subir a mas de 2000m y la pista vuelve a mejorar, con buenas vistas. Estamos cansados y bajamos el ritmo, aunque ya queda poco para llegar al albergue del lago, donde pasaremos la noche.












La siguiente jornada será también toda por montaña, hasta Nkob. Aquí fue seguramente donde mas disfruté de todo el viaje. La pista que va de Agoudal a Msemrir es una pasada, sube hasta casi los 3000m, con un trazado divertido y unos paisajes muy guapos, especialmente la parte alta de las gargantas de Dades. A partir de Msemrir ya está asfaltado hasta Boumalne pero igual vale la pena, es un recorrido muy bonito.














La primera parte de la subida al Djebel Saghro, hasta Ikniouin, la acaban de asfaltar. Pero la bajada hasta Nkob sigue siendo pista, entre unas rocas en forma de columnas de color negro que dan un aire misterioso al paisaje, como de pelicula. No paro de hacer fotos, es una pasada. De repente, en una curva en bajada sin mas complicación veo que Javi cruza la moto, da un par de bandazos, y está a punto de irse al barranco. Se ha emparrado mirando el paisaje y poco le falta para pasar a formar parte de él... Paramos a recuperar el aliento, pero Ximo no viene. Después de esperar un par de minutos vamos a por él, y le vemos parado al borde del camino a pocos metros del café que hay arriba del puerto. Con las vibraciones se le han roto dos de las cuatro varillas del soporte del baúl. En una media hora chapuceamos un apaño para llegar a Nkob, en compañía de un lugareño que no muestra la mas mínima intención de ayudar, aunque le falta tiempo para intentar vendernos unos “souvenirs” antes de irnos...












Bajamos despacio, vigilando los movimientos del baúl, pero parece que ha quedado bastante firme y cuando nos damos cuenta volvemos a tener a Ximo dando botes por la pista. Llegamos a Nkob, dejamos los trastos en el hotel y vamos al herrero del pueblo a ver que se puede hacer con el soporte. El tío es un artista del soplete y en una hora aproximadamente tenemos el soporte montado y reforzado por donde se había roto. Por si fuera poco no nos quiere cobrar nada, a lo que naturalmente nos negamos.







Al dia siguiente toca ya meternos por el desierto. De Nkob a Zaouia ya nos encontramos con tramos muy rápidos... donde hay que mantener la cabeza fría y tener cuidado con las zanjas y oueds que casi no se ven hasta que estás encima. En Zaouia nos desviamos del track, por una vez hacemos caso de lo que nos indican los críos del pueblo y pillamos una pista que va directa hacia Zagora según el GPS. Pero poco a poco va girando hacia el asfalto y decidimos improvisar, nos metemos por el laberinto de los palmerales y avanzando en zig-zag llegamos al fin a Zagora a mediodía. Buscando hotel acabamos en el Tabarkat, cerca de Oulab Driss. Es propiedad de unos catalanes, muy lujoso y caro... un tanto excesivo para mi gusto.














Josep, el dueño del hotel, nos recomendó una zona de dunas a unos 15km para ir a jugar por la tarde con las motos. Teníamos muchas ganas de subirnos por fin a una duna, así que nos metemos de cabeza en la primera que vemos... y nos quedamos los tres enganchados! Poco a poco le fuimos pillando el truco y al rato me sorprendo a mi mismo dando gritos dentro del casco cada que vez que subo o bajo una. Con mas experiencia será otra cosa, pero al principio hay que ir muy concentrado, pensando muy bien por donde te metes. Muy divertido... y agotador. La zona de hamada que rodea las dunas está como esponjosa, cubierta de una capa de arena blanda que le da una tracción especial, y disfrutamos dando largas derrapadas en círculo.








Por la mañana me encuentro cansado, tengo ganas de hacer algo que no sea ir en moto por un día, y descansar un poco. Javi y Ximo se van a jugar mas con las dunas y tratar de llegar al Iriki y volver. Yo me quedo por Tagounite, dando vueltas y charlando con la gente. Llego al cruce principal del pueblo y hay mucha gente rodeando un par de autobuses. Me quedo en un bar a tomar un te. Me comentan que ha llovido mucho por el Atlas, que el Draa baja con mucho agua y ha cortado la carretera de Zagora, la única que llega hasta el pueblo. Acabo el té y me voy hacia el Norte a curiosear. Cuando llego allí veo colas de gente esperando pacientemente a ambos lados a que baje el nivel para cruzar. Comento con los guías de una excursión de 4x4 que al dia siguiente pensábamos ir de Tagounite a Merzouga por pista y me dicen que no tendremos problemas, que hasta allí no llega el agua....





Me paso el día curioseando por Tagounite, bebiendo tés y comprando alguna cosa. Por la tarde voy hacia M’Hamid a ver si veo a mis compañeros de viaje. Me los encuentro por la carretera, con una mezcla de euforia y agotamiento a partes iguales tras las aventuras en las dunas. Vamos al hotel, limpiamos sus motos de barro y cenamos en Tagounite. Me encuentro a un guía que había conocido por la mañana y me dice que no podremos hacer la ruta prevista, que hay mucho agua y que solo él sabe por donde podremos pasar. Ya estamos escarmentados de guías y no le hago ni caso. Mientras esperamos que traigan la cena, Ximo dice que ha visto encenderse la luz de la moto de Javi. Le hacemos mas o menos el mismo caso que al guía, pero al momento vuelve a encenderse y se queda así un par de minutos.... Al final se pasa media cena encendida sin que podamos hacer nada para apagarla. Al llegar al hotel sigue igual y tras desmontar media moto conseguimos desconectar la batería para que no se descargue por la noche. Por lo demás la moto va bien, esperamos que no de problemas en la etapa siguiente, 220km de desierto entre Tagounite y Taouz.








Nos cuesta un poco encontrar la pista que sale de Tagounite y damos un rodeo por palmerales y pueblos encharcados. Después las pistas son bastante variadas y rápidas. Pasamos muchos kilómetros sin ver a nadie. El sol calienta y no hay ni una sombra. Paramos en un control militar, el tío parece bastante colocado y no nos pide ningún papel, solo quiere hablar de fútbol con nosotros. Los kilómetros van cayendo a buen ritmo. Nos acercamos a Agoult, donde se suponía que hay un pueblo, pero solo encontramos un campamento militar. Sale toda la tropa a hablar con nosotros, deben de aburrise mucho allí... nos dicen que igual no podemos llegar a Er-Remlia, que el oued que tenemos que atravesar lleva agua y está embarrado. Esta vez parece que va en serio, pero decidimos probar suerte.









Seguimos el track hasta que unos 20kms mas adelante nos encontramos una hilera de piedras cruzada en la pista, señal de que está cortada. Bueno, si hemos llegado hasta aquí hay que probarlo por lo menos. Seguimos hasta que nos encontramos el oued embarrado justo en una zona de arenal, hay agua y barro por todos lados. No es un río, es mas como un pantano, aunque en alguna zona corre el agua. Probamos a atravesarlo pero a los 15m se complica y nos paramos en una “isla”. Ximo insiste en continuar y se va él solo a ver si encuentra un paso, pero a los pocos metros se le hunde la moto en una especie de arenas movedizas. Se ha quedado clavada allí y sudamos para sacarla entre los tres, hundidos en el barro hasta las rodillas. Mis compañeros insisten en buscar alternativas, pero finalmente les convenzo de que ya basta de aventuras; estamos a 135km del principio de la etapa, no conocemos la zona, sigue pegando fuerte el sol y no tenemos tiempo, gasolina ni fuerzas para meternos en muchos líos. Damos media vuelta hasta una especie de albergue a pocos kms de allí, donde hay sombra y coca-cola fresca.









Tras el rescate los tres estamos hechos polvo, especialmente mis compañeros que llevan acumulado el cansancio del dia anterior. La vuelta la hacemos a ritmo muy irregular. Pasamos los dos puertos y en el tramo final hasta Tagounite le doy caña por una pista muy divertida, sinuosa, llena de oueds y saltos. Al llegar a un pueblo, paro y veo que Javi me sigue a unos escasos 100m... no hay nada como una pista divertida para recuperar fuerzas!









Vamos a la gasolinera de Tagounite, y nos comentan que han tenido que ir a rescatar a un grupo de tres españoles con sus XR atascadas en el barro... Llegamos a Zagora ya anocheciendo, entre la ida y la vuelta han sido unos 270kms de pistas y estamos hechos polvo. Según nuestros planes deberíamos dormir en Merzouga y mañana sería la última etapa de pistas antes de volver a Nador. Pero ahora estamos muy lejos y vamos a hacer toda la subida ya por asfalto, aprovechando para visitar las gargantas del Todra que no vimos al bajar. La noche nos pilla en Rich y bucamos sitio para dormir. El pueblo no es nada turístico y los hoteles muy cutres, pero estamos a gusto, la gente va a su rollo y no incordian. Ya nos ducharemos otro día.







El sábado a mediodía llegábamos a Nador, desde donde Ximo y Javi iban a embarcar rumbo a España por la noche. Y esa misma tarde llegaba Gemma con su moto al puerto para quedarse una semana ruteando conmigo por el Norte de Marruecos. Pero esa es otra historia...












Comentarios

  1. que buenas imagenes, y el relato de tu viaje, alucinante.

    soy de chile, tenemos arto para recorrer pero la mayoria esta pavimentado.

    saludos.

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